Pep: “Siempre planteo los partidos para ganarlos. Somos el Bayern”
Pep Guardiola ha sido hoy muy claro en su mensaje previo a la vuelta
de las semifinales de Champions League ante el Barça. Es realista y
también optimista, será difícil remontar el 3-0 de la ida pero lo van a
intentar. “Somos el Bayern. Siempre planteo los partidos para ganarlos”.
El técnico de Santpedor, que ha aclarado que cumplirá el año de
contrato que le queda en el Bayern, ha explicado que tratarán de darle
la vuelta al resultado “a través de nuestro juego”. “A mí me gustaría
tener un juego directo y hacerlo bien, pero cuanto más rápido va el
balón, más rápido viene y el Barça se ha convertido en el mejor equipo
al contragolpe, es fantástico a la contra. Es uno de los matices que ha
introducido”, ha matizado. “Me encantaría marcar tres goles en cinco
minutos pero hay que controlar el partido con nuestro estilo, como en
las ligas que hemos ganado. Quizá no sea suficiente. Pero no por decir
“yo soy Pep’ y esto es el Bayern se ganan partidos. Hay que jugarlo”.
Pep ha insistido por eso que el Bayern debe “quitarles el balón y
generar peligro a través de la posesión. No hay que salir pensando que
vamos a marcar y que todo estará resuelto en 25 minutos. Mi opinión es
que para marcar hay que generar buen fútbol”. “Y defender bien y atacar
mejor de lo que hicimos en Barcelona”, ha reiterado.
Está convencido de que los jugadores están mentalizados de lo que
hay en juego. “Estos jugadores han demostrado que quieren conseguirlo,
pero no es lo mismo un 3-1 con el Porto que un 3-0 contra el Barça, pero
es un objetivo, un reto estimulante. Lo intentaremos”. Él también lo
está. “No estoy aquí para ser el mejor entrenador del mundo. Esto, con
perdón, es una mierda. Estoy aquí para ayudar al club y a mis jugadores .
Hice lo que pude en Barcelona y aquí hago lo mismo. Es un sueño estar
aquí. Quiero ganarlo todo”.
Preguntado por la forma de parar a Messi, no se ha explayado
tanto como en la ida. “No he hablado con los jugadores sobre él. Como
todos, le tienen respeto” y ha añadido que sin Robben, Ribery, Alaba y
otros jugadores, el Bayern ha seguido compitiendo igual. Claro que sin
ellos perdemos calidad, pero nos alcanzará”.
Ni para
Iker Casillas
ni para sus compañeros es una situación fácil. Los pitos del Bernabéu,
esos mismos que el portero llegó a reclamar en su día para él para
evitar tensiones con el resto del equipo,
llevaron al capitán a hacer un gesto de desconsideración a la grada de manera poco reflexiva y que le deja señalado.
Decir que Casillas está tranquilo sería desvirtuar una realidad que
en la tarde del sábado le jugó una mala pasada. Sabe que su gesto no fue
adecuado y que sobra en su historial, pero por el momento
todo lo sucedido ante el Valencia no le lleva a cambiar de idea.
Iker sigue firme en su propósito de cumplir contrato.
Ya sea como titular o como suplente. Salvo que el presidente le llame,
tal y como sucedió la temporada pasada, y le ponga sobre la mesa una
posible resolución del contrato, su postura seguirá siendo la misma. "Me
quedo hasta 2017", ha comentado en repetidas ocasiones.
Parte de su entorno profesional le aconseja abrir la puerta,
buscar una solución que ponga fin a una tensión que ya no son sólo
rumores y silbidos esporádicos, sino un ambiente irrespirable que se
corta con un cuchillo. El portero cree que las protestas no son de todos
los seguidores y sí de ese grupo nacido a partir de sus diferencias con
Mourinho.
Florentino Pérez y sus directivos están a la espera. No ocultan que buscan portero e incluso algunos dicen que dos , porque Keylor Navas no convence a todo el mundo dentro del madridismo.
David de Gea
es la primera alternativa, por 40 millones de euros. Casillas sabe de
las negociaciones y de la intención de fichar al menos un portero. No le
preocupan lo más mínimo.
El presidente no se ha pronunciado. Busca tiempo, dilatar una
solución a la espera de que termine la temporada y esta se pueda salvar
con la presencia blanca en la final de Berlín. Sabe que hay un problema y
que debe poner fin a una complicada situación que ya convive con la
realidad blanca desde hace un año.
Mientras,
Ancelotti sigue confiando en su capitán. No ha dado muestra alguna de dejar de contar con él como titular en el partido del miércoles.
Ni para
Iker Casillas
ni para sus compañeros es una situación fácil. Los pitos del Bernabéu,
esos mismos que el portero llegó a reclamar en su día para él para
evitar tensiones con el resto del equipo,
llevaron al capitán a hacer un gesto de desconsideración a la grada de manera poco reflexiva y que le deja señalado.
Decir que Casillas está tranquilo sería desvirtuar una realidad que
en la tarde del sábado le jugó una mala pasada. Sabe que su gesto no fue
adecuado y que sobra en su historial, pero por el momento
todo lo sucedido ante el Valencia no le lleva a cambiar de idea.
Iker sigue firme en su propósito de cumplir contrato.
Ya sea como titular o como suplente. Salvo que el presidente le llame,
tal y como sucedió la temporada pasada, y le ponga sobre la mesa una
posible resolución del contrato, su postura seguirá siendo la misma. "Me
quedo hasta 2017", ha comentado en repetidas ocasiones.
Parte de su entorno profesional le aconseja abrir la puerta,
buscar una solución que ponga fin a una tensión que ya no son sólo
rumores y silbidos esporádicos, sino un ambiente irrespirable que se
corta con un cuchillo. El portero cree que las protestas no son de todos
los seguidores y sí de ese grupo nacido a partir de sus diferencias con
Mourinho.
Florentino Pérez y sus directivos están a la espera. No ocultan que buscan portero e incluso algunos dicen que dos , porque Keylor Navas no convence a todo el mundo dentro del madridismo.
David de Gea
es la primera alternativa, por 40 millones de euros. Casillas sabe de
las negociaciones y de la intención de fichar al menos un portero. No le
preocupan lo más mínimo.
El presidente no se ha pronunciado. Busca tiempo, dilatar una
solución a la espera de que termine la temporada y esta se pueda salvar
con la presencia blanca en la final de Berlín. Sabe que hay un problema y
que debe poner fin a una complicada situación que ya convive con la
realidad blanca desde hace un año.
Mientras,
Ancelotti sigue confiando en su capitán. No ha dado muestra alguna de dejar de contar con él como titular en el partido del miércoles.
Ni para
Iker Casillas
ni para sus compañeros es una situación fácil. Los pitos del Bernabéu,
esos mismos que el portero llegó a reclamar en su día para él para
evitar tensiones con el resto del equipo,
llevaron al capitán a hacer un gesto de desconsideración a la grada de manera poco reflexiva y que le deja señalado.
Decir que Casillas está tranquilo sería desvirtuar una realidad que
en la tarde del sábado le jugó una mala pasada. Sabe que su gesto no fue
adecuado y que sobra en su historial, pero por el momento
todo lo sucedido ante el Valencia no le lleva a cambiar de idea.
Iker sigue firme en su propósito de cumplir contrato.
Ya sea como titular o como suplente. Salvo que el presidente le llame,
tal y como sucedió la temporada pasada, y le ponga sobre la mesa una
posible resolución del contrato, su postura seguirá siendo la misma. "Me
quedo hasta 2017", ha comentado en repetidas ocasiones.
Parte de su entorno profesional le aconseja abrir la puerta,
buscar una solución que ponga fin a una tensión que ya no son sólo
rumores y silbidos esporádicos, sino un ambiente irrespirable que se
corta con un cuchillo. El portero cree que las protestas no son de todos
los seguidores y sí de ese grupo nacido a partir de sus diferencias con
Mourinho.
Florentino Pérez y sus directivos están a la espera. No ocultan que buscan portero e incluso algunos dicen que dos , porque Keylor Navas no convence a todo el mundo dentro del madridismo.
David de Gea
es la primera alternativa, por 40 millones de euros. Casillas sabe de
las negociaciones y de la intención de fichar al menos un portero. No le
preocupan lo más mínimo.
El presidente no se ha pronunciado. Busca tiempo, dilatar una
solución a la espera de que termine la temporada y esta se pueda salvar
con la presencia blanca en la final de Berlín. Sabe que hay un problema y
que debe poner fin a una complicada situación que ya convive con la
realidad blanca desde hace un año.
Mientras,
Ancelotti sigue confiando en su capitán. No ha dado muestra alguna de dejar de contar con él como titular en el partido del miércoles.
Leer más:
Iker Casillas sigue decidido a quedarse en el Real Madrid - MARCA.com
Ni para
Iker Casillas
ni para sus compañeros es una situación fácil. Los pitos del Bernabéu,
esos mismos que el portero llegó a reclamar en su día para él para
evitar tensiones con el resto del equipo,
llevaron al capitán a hacer un gesto de desconsideración a la grada de manera poco reflexiva y que le deja señalado.
Decir que Casillas está tranquilo sería desvirtuar una realidad que
en la tarde del sábado le jugó una mala pasada. Sabe que su gesto no fue
adecuado y que sobra en su historial, pero por el momento
todo lo sucedido ante el Valencia no le lleva a cambiar de idea.
Iker sigue firme en su propósito de cumplir contrato.
Ya sea como titular o como suplente. Salvo que el presidente le llame,
tal y como sucedió la temporada pasada, y le ponga sobre la mesa una
posible resolución del contrato, su postura seguirá siendo la misma. "Me
quedo hasta 2017", ha comentado en repetidas ocasiones.
Parte de su entorno profesional le aconseja abrir la puerta,
buscar una solución que ponga fin a una tensión que ya no son sólo
rumores y silbidos esporádicos, sino un ambiente irrespirable que se
corta con un cuchillo. El portero cree que las protestas no son de todos
los seguidores y sí de ese grupo nacido a partir de sus diferencias con
Mourinho.
Florentino Pérez y sus directivos están a la espera. No ocultan que buscan portero e incluso algunos dicen que dos , porque Keylor Navas no convence a todo el mundo dentro del madridismo.
David de Gea
es la primera alternativa, por 40 millones de euros. Casillas sabe de
las negociaciones y de la intención de fichar al menos un portero. No le
preocupan lo más mínimo.
El presidente no se ha pronunciado. Busca tiempo, dilatar una
solución a la espera de que termine la temporada y esta se pueda salvar
con la presencia blanca en la final de Berlín. Sabe que hay un problema y
que debe poner fin a una complicada situación que ya convive con la
realidad blanca desde hace un año.
Mientras,
Ancelotti sigue confiando en su capitán. No ha dado muestra alguna de dejar de contar con él como titular en el partido del miércoles.
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Iker Casillas sigue decidido a quedarse en el Real Madrid - MARCA.com
Ni para
Iker Casillas
ni para sus compañeros es una situación fácil. Los pitos del Bernabéu,
esos mismos que el portero llegó a reclamar en su día para él para
evitar tensiones con el resto del equipo,
llevaron al capitán a hacer un gesto de desconsideración a la grada de manera poco reflexiva y que le deja señalado.
Decir que Casillas está tranquilo sería desvirtuar una realidad que
en la tarde del sábado le jugó una mala pasada. Sabe que su gesto no fue
adecuado y que sobra en su historial, pero por el momento
todo lo sucedido ante el Valencia no le lleva a cambiar de idea.
Iker sigue firme en su propósito de cumplir contrato.
Ya sea como titular o como suplente. Salvo que el presidente le llame,
tal y como sucedió la temporada pasada, y le ponga sobre la mesa una
posible resolución del contrato, su postura seguirá siendo la misma. "Me
quedo hasta 2017", ha comentado en repetidas ocasiones.
Parte de su entorno profesional le aconseja abrir la puerta,
buscar una solución que ponga fin a una tensión que ya no son sólo
rumores y silbidos esporádicos, sino un ambiente irrespirable que se
corta con un cuchillo. El portero cree que las protestas no son de todos
los seguidores y sí de ese grupo nacido a partir de sus diferencias con
Mourinho.
Florentino Pérez y sus directivos están a la espera. No ocultan que buscan portero e incluso algunos dicen que dos , porque Keylor Navas no convence a todo el mundo dentro del madridismo.
David de Gea
es la primera alternativa, por 40 millones de euros. Casillas sabe de
las negociaciones y de la intención de fichar al menos un portero. No le
preocupan lo más mínimo.
El presidente no se ha pronunciado. Busca tiempo, dilatar una
solución a la espera de que termine la temporada y esta se pueda salvar
con la presencia blanca en la final de Berlín. Sabe que hay un problema y
que debe poner fin a una complicada situación que ya convive con la
realidad blanca desde hace un año.
Mientras,
Ancelotti sigue confiando en su capitán. No ha dado muestra alguna de dejar de contar con él como titular en el partido del miércoles.
Leer más:
Iker Casillas sigue decidido a quedarse en el Real Madrid - MARCA.com
Ni para
Iker Casillas
ni para sus compañeros es una situación fácil. Los pitos del Bernabéu,
esos mismos que el portero llegó a reclamar en su día para él para
evitar tensiones con el resto del equipo,
llevaron al capitán a hacer un gesto de desconsideración a la grada de manera poco reflexiva y que le deja señalado.
Decir que Casillas está tranquilo sería desvirtuar una realidad que
en la tarde del sábado le jugó una mala pasada. Sabe que su gesto no fue
adecuado y que sobra en su historial, pero por el momento
todo lo sucedido ante el Valencia no le lleva a cambiar de idea.
Iker sigue firme en su propósito de cumplir contrato.
Ya sea como titular o como suplente. Salvo que el presidente le llame,
tal y como sucedió la temporada pasada, y le ponga sobre la mesa una
posible resolución del contrato, su postura seguirá siendo la misma. "Me
quedo hasta 2017", ha comentado en repetidas ocasiones.
Parte de su entorno profesional le aconseja abrir la puerta,
buscar una solución que ponga fin a una tensión que ya no son sólo
rumores y silbidos esporádicos, sino un ambiente irrespirable que se
corta con un cuchillo. El portero cree que las protestas no son de todos
los seguidores y sí de ese grupo nacido a partir de sus diferencias con
Mourinho.
Florentino Pérez y sus directivos están a la espera. No ocultan que buscan portero e incluso algunos dicen que dos , porque Keylor Navas no convence a todo el mundo dentro del madridismo.
David de Gea
es la primera alternativa, por 40 millones de euros. Casillas sabe de
las negociaciones y de la intención de fichar al menos un portero. No le
preocupan lo más mínimo.
El presidente no se ha pronunciado. Busca tiempo, dilatar una
solución a la espera de que termine la temporada y esta se pueda salvar
con la presencia blanca en la final de Berlín. Sabe que hay un problema y
que debe poner fin a una complicada situación que ya convive con la
realidad blanca desde hace un año.
Mientras,
Ancelotti sigue confiando en su capitán. No ha dado muestra alguna de dejar de contar con él como titular en el partido del miércoles.
Ni para
Iker Casillas
ni para sus compañeros es una situación fácil. Los pitos del Bernabéu,
esos mismos que el portero llegó a reclamar en su día para él para
evitar tensiones con el resto del equipo,
llevaron al capitán a hacer un gesto de desconsideración a la grada de manera poco reflexiva y que le deja señalado.
Decir que Casillas está tranquilo sería desvirtuar una realidad que
en la tarde del sábado le jugó una mala pasada. Sabe que su gesto no fue
adecuado y que sobra en su historial, pero por el momento
todo lo sucedido ante el Valencia no le lleva a cambiar de idea.
Iker sigue firme en su propósito de cumplir contrato.
Ya sea como titular o como suplente. Salvo que el presidente le llame,
tal y como sucedió la temporada pasada, y le ponga sobre la mesa una
posible resolución del contrato, su postura seguirá siendo la misma. "Me
quedo hasta 2017", ha comentado en repetidas ocasiones.
Parte de su entorno profesional le aconseja abrir la puerta,
buscar una solución que ponga fin a una tensión que ya no son sólo
rumores y silbidos esporádicos, sino un ambiente irrespirable que se
corta con un cuchillo. El portero cree que las protestas no son de todos
los seguidores y sí de ese grupo nacido a partir de sus diferencias con
Mourinho.
Florentino Pérez y sus directivos están a la espera. No ocultan que buscan portero e incluso algunos dicen que dos , porque Keylor Navas no convence a todo el mundo dentro del madridismo.
David de Gea
es la primera alternativa, por 40 millones de euros. Casillas sabe de
las negociaciones y de la intención de fichar al menos un portero. No le
preocupan lo más mínimo.
El presidente no se ha pronunciado. Busca tiempo, dilatar una
solución a la espera de que termine la temporada y esta se pueda salvar
con la presencia blanca en la final de Berlín. Sabe que hay un problema y
que debe poner fin a una complicada situación que ya convive con la
realidad blanca desde hace un año.
Mientras,
Ancelotti sigue confiando en su capitán. No ha dado muestra alguna de dejar de contar con él como titular en el partido del miércoles.